viernes, 25 de mayo de 2012

Derly Rodríguez





La poesía llegó a la vida de Mary Grueso para ayudarla a atravesar un duelo. Su esposo y el padre de sus dos hijos, había partido de manera repentina y esta maestra de primaria, oriunda de Guapi, Cauca, acudió a las palabras para exorcizar su dolor. “Al no tener otra salida, empecé a desahogar en el papel mis sentimientos: la angustia, la zozobra, el miedo a un futuro incierto…”. Era 1.991 y Mary cursaba tercer semestre de literatura en la Universidad del Quindío y era maestra de primaria en el municipio de Buenaventura, donde vive hace más de 28 años.
 
Mientras asumía su duelo, Mary escribía y fueron sus profesores y compañeras de licenciatura las que la animaron a seguir escribiendo. Así ayudaría a fortalecer la identidad de su región en un mundo globalizado y este objetivo la animó a continuar, rescatando siempre la identidad afrocolombiana. “La gente tiene que conocernos desde lo que somos...no tenemos la misma cultura, la misma forma de hacer, de vernos, a partir de ahí empecé a profundizar y seguí promoviendo, difundiendo y visibilizando la poesía y a través de ella la cultura afrocolombiana”.
 
Hace 20 años comenzó Mary su carrera de poeta y escritora, pero el valor de la palabra, lo había adquirido desde la infancia, cuando su padre Wilfredo Grueso, un agricultor que reunía a la familia y a los vecinos para contarles historias en el pueblo. Con esa herencia, Mary recuerda que también declamaba cuando estaba en el colegio y explica la importancia que tiene para ellos la tradición oral: “Nosotros los negros no leemos la poesía, la declamamos. Decir la poesía, para nosotros tiene la ventaja de usar la gestica, la semiótica para imprimir más fuerza y dar valor a lo que decimos y el que te escucha, difícilmente pueda mirar para un lado…”

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