La poesía
llegó a la vida de Mary Grueso para ayudarla a atravesar un duelo. Su esposo y
el padre de sus dos hijos, había partido de manera repentina y esta maestra de
primaria, oriunda de Guapi, Cauca, acudió a las palabras para exorcizar su
dolor. “Al no tener otra salida,
empecé a desahogar en el papel mis sentimientos: la angustia, la zozobra, el
miedo a un futuro incierto…”. Era 1.991 y Mary cursaba tercer semestre
de literatura en la Universidad del Quindío y era maestra de primaria en el
municipio de Buenaventura, donde vive hace más de 28 años.
Mientras
asumía su duelo, Mary escribía y fueron sus profesores y compañeras de
licenciatura las que la animaron a seguir escribiendo. Así ayudaría a
fortalecer la identidad de su región en un mundo globalizado y este objetivo la
animó a continuar, rescatando siempre la identidad afrocolombiana. “La gente tiene que conocernos desde lo que
somos...no tenemos la misma cultura, la misma forma de hacer, de vernos, a
partir de ahí empecé a profundizar y seguí promoviendo, difundiendo y
visibilizando la poesía y a través de ella la cultura afrocolombiana”.
Hace 20
años comenzó Mary su carrera de poeta y escritora, pero el valor de la palabra,
lo había adquirido desde la infancia, cuando su padre Wilfredo Grueso, un
agricultor que reunía a la familia y a los vecinos para contarles historias en
el pueblo. Con esa herencia, Mary recuerda que también declamaba cuando estaba
en el colegio y explica la importancia que tiene para ellos la tradición oral:
“Nosotros los negros no leemos la
poesía, la declamamos. Decir la poesía, para nosotros tiene la ventaja de usar
la gestica, la semiótica para imprimir más fuerza y dar valor a lo que decimos
y el que te escucha, difícilmente pueda mirar para un lado…”
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