Hortencia
sábado, 31 de marzo de 2012
martes, 27 de marzo de 2012
EDUCAR ADOLESCENTES EN REDES SOCIALES
Las redes sociales en Internet se constituyen en un fenómeno explosivo, y fundamentalmente novedoso. Esto genera incertidumbres en los padres ¿Qué hacer? ¿Cuál es el margen de acción? El siguiente artículo reflexiona sobre el problema.
El autor analiza el componente identitario de las redes sociales para la actual generación de adolescentes, que las utiliza como una herramienta para zafarse del exceso de control y protección paterno. Recomienda dejar espacio a los adolescentes para que ellos decidan, pero a la vez estar cerca, para que sepan que pueden contar con nosotros ante cualquier duda o peligro. Además, recuerda una serie de consejos básicos a transmitir a los menores, para preservar su identidad y sus derechos como usuarios, como no dar datos personales, advertirles de que las imágenes expuestas pueden ser utilizadas o manipuladas, y cuidar la información que enseñan a los demás, entre otras recomendaciones.
Tener hijos adolescentes o poder tenerlos dentro de poco –en cuanto crezcan los niños y las niñas que criamos implica pensar en el fenómeno de las Redes Sociales en Internet. Nuestras generaciones más jóvenes han nacido con el ratón en la mano y el portátil bajo el brazo. Esta situación implica una relación asimétrica con las nuevas tecnologías, ellos saben de estas cosas más que nosotros y esto determina nuestra posición como padres y madres.
Parece que las nuevas tecnologías de la comunicación no sólo separan generaciones por cómo las usan, sino que además, se están utilizando como elemento identitario diferencial. Así, igual que hace unas décadas los vaqueros o la música rock eran vividos como señales que daban sentido e identidad a una generación frente a la anterior, ahora el uso del móvil, Messenger o Tuenti sirven para definir elementos compartidos que definen a nuestros adolescentes y jóvenes.
Las Redes Sociales en Internet existen desde hace muy poco tiempo. Se habla de 10 años, y se afirma que existen más de 100 millones de usuarios. No tenemos porqué tomar la cifra como exacta, pero en todo caso nos ayuda a entender cómo se trata de un acontecimiento con una fuerte tendencia expansiva. En el que participan masivamente jóvenes y adolescentes.
Debemos pensar qué utilidades tiene para los y las adolescentes este espacio de comunicación “virtual”. A través de la página personal de Facebook o Tuenti (por mencionar algunas de las redes más extendidas) los chicos y chicas se muestran, juegan a construir identidades, deciden cómo se exhiben ante los demás… A la vez pueden comunicarse y encontrarse de múltiples formas y evitando las restricciones espacio-temporales que les imponemos desde nuestra cultura. Así esta generación de adolescentes, una de las más protegidas y controladas por los adultos, ha conseguido encontrar un medio desde el que romper el cuidado con el que se les limitaba sus relaciones con los iguales. En un marco social en el que hay pocos hermanos, la relación con la familia extensa –sobre todo con los primos se hace más complicada y cuando los tiempos y espacios libres se han restringido por los posibles peligros que pueden acechar a la infancia y la adolescencia –mucho más en las ciudades-, resulta que los chicos y las chicas han encontrado un medio para hablar con sus amigos desde el ordenador de su habitación o desde el sofá del salón cuando están tecleando en el portátil familiar.
Todo esto provoca un significativo nivel de incertidumbre en muchos padres y madres. Y podemos pensar en algunas razones. Por ejemplo, mencionemos cómo estas nuevas aplicaciones informáticas ponen en cuestión la tradicional asimetría del saber que deja por encima a los padres y madres. Aquí la cosa es al contrario, son los chicos y las chicas los que pueden dar lecciones a sus mayores. Otra fuente de inquietud pasa por reconocer que a través del ordenador ya no sirven los tradicionales sistemas de control familiar. Ahora no basta con determinar a qué hora se vuelve a casa o con llamar por el teléfono móvil para saber con quienes están nuestros hijos e hijas. Con estas nuevas formas de comunicación ellos pueden estar usando el chat de Facebook y escribirse con una persona de 25 años o con un amigo residente en Santiago de Chile con el que comparten la afición por el motociclismo.
Y por supuesto están los otros miedos, los de siempre: que nuestro hijo o hija entre en contacto con alguien que le haga daño, que le “roben” algo valioso, que se exponga a situaciones traumáticas… En este sentido Internet reproduce los temores habituales que tenemos los padres y madres ante cualquier tipo de relación social. Y es que probablemente esto se nos escapa: Internet no es más que un nuevo medio para hacer las mismas cosas. Por eso aparecen razonablemente los mismos y antiguos miedos. “No te salgas del bosque y no hables con extraños” fueron las dos únicas indicaciones que oyó Caperucita de labios de su madre, antes de dejarla para cruzar el bosque.
Y esto nos lleva a que pensar en educar sobre las redes sociales de Internet es hacer lo de siempre en otro contexto. Desde esta perspectiva recuperamos algunos de los instrumentos básicos de la crianza: el control como contención; el apoyo como instrumento de estímulo; la comunicación como recurso para establecer vínculos. Nada más y nada menos.
Por otro lado es importante saber ajustar cada respuesta a la situación y la edad. A veces les dejamos solos demasiado pronto y a veces demasiado tarde. En ocasiones es algo que no decidimos, que viene dado por las circunstancias, pero incluso en esos momentos, si somos conscientes de ello, podemos hacer por reducir las dificultades que esto conlleva. También desde un marco general, queremos destacar la importancia de poder estar cerca para hablar y atender si aparecen problemas. A veces el trabajo educativo en la adolescencia es un trabajo de acompañamiento, de estar junto a ellos atentos y distantes a la vez. Dejar espacio para que ellos decidan a la vez que estamos cerca como un salvavidas que no hay necesidad de usar pero cuya sola presencia recuerda peligros y promete ayuda cuando se pueda requerir.
Desde una perspectiva más específica, pensando en las características de la comunicación en Internet y ciertas características de los y las adolescentes, podemos pensar en cuestiones como la imagen personal, las dificultades entre pensamiento y acción, las relaciones amistosas y el aprendizaje de los derechos como usuarios. Repasémoslos de forma breve. La Red ofrece a los y las adolescentes un mágico escaparate donde mostrarse a los demás y desde el que recibir (e imaginar) respuestas de los otros. Hay que pensar lo que se muestra, cómo se muestra y a quién se enseña. A la vez, cuidarse en Internet implica tener claro que no se deben dar datos personales (domicilio, teléfono, información bancario, números o claves de tarjetas de crédito). Incluso es recomendable identificarse sin dar el nombre completo, usando alias que permitan proteger nuestra identidad. En otro sentido las imágenes expuestas pueden ser utilizadas y/o manipuladas por otros, tener esto en cuenta y cuidar qué se enseña a los demás es importante en un medio en el que la información (escrita o visual) puede permanecer en teoría hasta el infinito.
Y hablamos repetidamente de pensar porque es una acción importante en este grupo de edad que puede tender con demasiada rapidez a la actuación, aunque esto no sea algo exclusivo de los adolescentes. En Internet, una vez que se incluyen imágenes, datos o cualquier otra información sobre una persona esta información queda fuera de su control. Y aunque hablamos del mundo virtual, en ese mundo de pantallas y microprocesadores pasan cosas que nos llegan al mundo real, a nuestras emociones y nuestros afectos. Los ordenadores pueden hacer daño y dejar heridas. Cuidarnos con ellos es cuidarnos a nosotros.
A través de las aplicaciones de Internet los chicos y chicas se comunican. Esto nos lleva a otro punto: cómo se articulan las relaciones. Aquí es importante cuidar a los amigos y en ocasiones cuidarse de ellos ¿Son siempre los amigos de sus amigos sus amigos? Hay que tratar de seleccionar bien a quién se permite acceder a nuestra información. Esto implica usar los niveles de “privacidad” de las Redes, ajustando cada contenido al nivel de privacidad que se estime más oportuno. En este plano hay que prestar atención a las posibilidades de ligar: hacerlo en Internet con extraños puede tener graves consecuencias. Tengamos en cuenta que algunas personas mienten sobre su verdadera identidad. Si bien se trata de situaciones poco frecuentes, a veces se conciertan citas entre personas que se han conocido en Internet. Si esto ocurre, es importante que la cita se organice en un lugar público durante las horas del día y en compañía de amigos de confianza. Es importante avisar a un adulto sobre dónde se va.
Desde otro plano Internet es negocio. Muchas de sus aplicaciones son producidas por empresas y esto también ocurre en las Redes Sociales. Aquí debemos incluir la mirada del consumidor y pensar en nuestras estrategias y derechos como usuarios. Así debemos recordar que no todas las Redes Sociales son iguales ni tratan o defienden nuestra información de la misma forma. Y nosotros podemos escoger cuál nos resulta más útil para nuestros intereses o más respetuosa con nuestros derechos. Además existen mecanismos de regulación y denuncia para utilizar en situaciones en las que consideremos que se producen irregularidades o se usan nuestros datos inadecuadamente, para ello hay que conocer esos procedimientos. Por último, en este sentido comercial hay que abrir el campo de análisis al papel y el impacto de la publicidad. Estos nuevos medios de comunicación son utilizados también por otras empresas comerciales que buscan impactar en los usuarios de las Redes Sociales y dirigir sus conductas y adquisiciones.
En un reciente estudio del INJUVE, Rubio y Menor recogen cómo las preocupaciones de los jóvenes y los adolescentes coinciden con las de sus padres ante los riesgos y peligros de Internet. Hay que construir condiciones desde las que podamos confiar en nuestros hijos e hijas, en sus recursos, su capacidad de análisis, su sensatez, también entendiendo que si se da una dificultad que les sobrepasa van a pedirnos ayuda. Confianza que se vuelva también hacia ellos, ayudándoles a ganar autonomía y madurez.
Acabemos recordando que nuestra sociedad reparte y multiplica los agentes socializadores. No sólo en nuestras casas nuestros hijos e hijas crecen y se educan. Por ello queremos hacer una breve mención del papel de la escuela en la educación ante las nuevas tecnologías. La LOE y sus desarrollos proponen en este sentido educar la competencia digital, en la que se incluyen habilidades y destrezas para utilizar estos nuevos medios. Sólo queremos aquí subrayar la necesidad de no quedarnos en una exigencia de eficacia instrumental (saber usarlos y manejar máquinas y aplicaciones). Además de saber utilizar el teclado y el ratón debemos favorecer entre chicos y chicas el aprendizaje de sistemas éticos y actitudes que permitan que la llamada “ágora digital” esté organizada según principios democráticos. También con los ordenadores se enseña o se aprende a ser ciudadano. Y esto es algo que debemos tener presente a la hora de impulsar iniciativas como madres y padres desde nuestras asociaciones y en los consejos escolares.
Luis García Campos
Colaborador de Formación de CEAPA, psicólogo y orientador
Extraído de
nov/dic 2009 padres y madres de alumnos y alumnas
By: Argemiro Bustos
By: Argemiro Bustos
OPINION DE UN PSIQUIATRA SOBRE LOS ADOLESCENTES DE HOY
Nos quedamos sorprendidos, cuando se
da cuenta en periódicos o radio, que el sicario no superaba los 18 años. Cuando
los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados, correspondían a adolescentes de hasta 14
años de edad.
Frente a lo anterior, el psiquiatra
dominicano César Mella hizo publicar el siguiente trabajo, que creo que a todos
los que son padres, o serán abuelos algún día, les debe interesar; el texto
suscrito por el doctor Mella es el siguiente:
Yo me preguntaría y plantearía la
siguiente pregunta: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores
inculco o inculqué a mis hijos?
A los jóvenes de este siglo hay que
llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo
llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias
para llegar a ella.
Se levantan generalmente irritados
porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation,
hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.
No se ocupan de que su ropa esté
limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar
algo en el hogar.
Tienen los juegos y equipos digitales
más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como
tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin
merecerlo, presumen el celular más novedoso, el más costoso. La Lap más
equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más,
hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar.
Idolatran amigos y a falsos personajes
de realitys de mtv. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a
quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.
Se cierran automáticamente a quien les
hable de moral, honor y buenas costumbres,
y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo y, lo que no
¡Lo consultan en internet!
Nos asombramos, porque los sicarios
cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos
a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente
trabajen por ella, y todavía se quejan a porque eso no me alcanza.
Si son estudiantes, siempre inventan
trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que
regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o cuando mínimo alcoholizados.
Y cuando les exiges lo más mínimo en
el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con
desfachatez: yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar
de calientes.
Definitivamente estamos jodidos, pues
la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún
graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas,
servicios y hasta los partos de sus hijos.
Con lo anterior, me refiero a un
estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase
media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre
los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para
aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor
de cabeza.
¿Entonces en qué estamos fallando?
Yo sé, dirán que los tiempos y las
oportunidades son diferentes, pues para los nacidos en los años cuarenta y
cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas
con el abuelo; que tenían que ayudar a limpiar la casa; no se frustraban por no
tener vehículo, andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los
estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos,
aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.
Lo que le pasó a nuestras
generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó
todo al diablo:
¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los
trabajos y carencias que yo pasé!
Nuestros hijos no conocen la verdadera
escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida,
luz, ropa, dinero.
Muchos de los nuestros hijos, a los 10
años ya habían ido pasear a la costa, montado en avión, viajado con amigos, a
nosotros nos costo mucho tener una de las tres oportunidades.
El dame y el cómprame, siempre fue
generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una
pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que
funcionara como hogar.
Es alarmante el índice de divorcios
que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo
unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los
dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión
con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las
primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para
que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.
Este mensaje es para los que tienen
hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y
responsabilidades. Háganles el hábito del ser agradecidos.
Háganles el hábito de saber ganarse el
dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa
en la cual no aportan para el pago de servicios. Háganles saber lo que cuesta
cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su
casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita.
Por ese domingo o cuota semanal o
mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento.
Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU
CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la
costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que
gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de
beca escolar que ustedes pagan, y por la
que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes
trabajo=bienestar.
Que entiendan que asistir a la
escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella.
De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de
vida futura.
Todos los niños deben desde temprano
aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica
en tiempos que podrían ser más difíciles.
Cuida lo que ven y ves con ellos en la
televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los
videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la
comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos
tocó. Cuando ocupes corregirlos, aconséjalos, platica con ellos, no los
ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te
lo perdonarán.
Estamos comprometidos a revisar los
resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto,
que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y
en un medio ambiente cada vez más deformante.
Ojalá que este mensaje llegue a los
que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos
pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.
Que cada quien tome lo que le
corresponda. Que haga lo que pueda y quiera. Recuerda que para que triunfe el
mal, solo se necesita que la gente buena lo permita... Saludos.
PSIQUIATRA: José
Ángel Pérez
Atentamente:
HORTENCIA
viernes, 23 de marzo de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
LA POESÍA TAMBIÉN TIENE SU DÍA
La reunión de la Conferencia General de la Unesco, celebrada en octubre-noviembre de 1999, decidió proclamar el 21 de marzo como el "Día Mundial de la Poesía". Tributo a la palabra poética propuesto en el año 2001 por la Unesco, se celebra cada 21 de marzo (equinoccio de primavera). En Europa es llamado Primavera de los Poetas y en Colombia la Común Presencia de los Poetas, por ser instituido por la Fundación que lleva el mismo nombre, la cual trabaja desde hace dos décadas en la promoción del universo poético en Hispanoamérica.
"...El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente..."
-Fernando Pessoa-
By. Argemiro Bustos Gómez
lunes, 19 de marzo de 2012
LA LECTURA SEGÚN BORGES
JORGE LUIS BORGES
'El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta 'el modo imperativo'. Yo siempre les aconsejé a mis estudiantes que si un libro los aburre lo dejen; que no lo lean porque es famoso, que no lean un libro porque es moderno, que no lean un libro porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz'.
By: Argemiro Bustos Gómez
FRASES DE PAPEL
Edgar Allan Poe
-La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia.
-Cuando un loco parece completamente sensato, es ya el momento de ponerle la camisa de fuerza.
-El hombre que quiere contemplar frente a frente la gloria de Dios en la tierra, debe contemplar esta gloria en la soledad
- No tengo fe en la perfección humana. El hombre es ahora más activo, no más feliz, ni más inteligente, de lo que lo fuera hace 6000 años.
- Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche.
-El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella.
By: Argemiro Bustos Gómez
domingo, 18 de marzo de 2012
"NO LE ENTIENDO NADA A MI PROFESOR"
¿Qué sucede cuando nuestro niño nos dice que no entiende lo que sus profesores le dicen? Sería ligero afirmar que ese pequeño tiene una dificultad para aprender y enviarlo cuanto antes a una terapia para superar su problema. Juzgarlo con esta ligereza -dice la psicoterapeuta Silvia Ochoa Rivero- significa colocarle un rótulo muy grande a un chico que puede estar pasando por una situación motivada por varios y distintos factores. Estos van desde una metodología que no es adecuada para él, que le hayan acelerado su proceso natural de aprendizaje adelantándolo innecesariamente, que no haya coherencia entre lo que se plantea en la escuela y lo que se practica en casa, etc.
¿Qué sucede cuando nuestro niño nos dice que no entiende lo que sus profesores le dicen? Sería ligero afirmar que ese pequeño tiene una dificultad para aprender y enviarlo cuanto antes a una terapia para superar su problema. Juzgarlo con esta ligereza -dice la psicoterapeuta Silvia Ochoa Rivero- significa colocarle un rótulo muy grande a un chico que puede estar pasando por una situación motivada por varios y distintos factores. Estos van desde una metodología que no es adecuada para él, que le hayan acelerado su proceso natural de aprendizaje adelantándolo innecesariamente, que no haya coherencia entre lo que se plantea en la escuela y lo que se practica en casa, etc.
Múltiples causas
Antes de hablar de una dificultad para aprender deberá preguntarse, por ejemplo, si su hijo ve o escucha correctamente. Luego, evaluar otros factores, todos posibles de cambiar o revertir, como si tiene muchas actividades fuera del horario escolar que están abrumándolo (talleres, deportes, etc.), si ha sucedido algo que ha alterado emocionalmente al pequeño (una mudanza, la muerte de un ser querido, un divorcio), lo cual puede trabajarse y superarse con un especialista, o si la metodología del colegio no es la más adecuada para sus características personales.
A conciencia
Si todos estos puntos han sido evaluados y trabajados, sólo después de una evaluación interdisciplinaria (que incluya pruebas psicológicas, neurológicas y de aprendizaje) se puede hablar de un trastorno específico del aprendizaje, relacionado con el aspecto neuropsicológico. Dentro de este rubro tenemos a la dislexia (vinculada al área de comprensión de lectura), disgrafía (relacionada con la calidad de la escritura), discalculia (dificultades para operaciones de cálculo), entre otros. Como señala Aylyn Bayro, profesora especialista en audición, lenguaje y aprendizaje, estas alteraciones no se revierten, sino que, con atención especializada, el niño adquiere estrategias que le permiten compensarlas.
Argemiro Bustos Gómez - fuentes: www.eduquemosenlared.com
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