domingo, 18 de marzo de 2012

"NO LE ENTIENDO NADA A MI PROFESOR"


¿Qué sucede cuando nuestro niño nos dice que no entiende lo que sus profesores le dicen? Sería ligero afirmar que ese pequeño tiene una dificultad para aprender y enviarlo cuanto antes a una terapia para superar su problema. Juzgarlo con esta ligereza -dice la psicoterapeuta Silvia Ochoa Rivero- significa colocarle un rótulo muy grande a un chico que puede estar pasando por una situación motivada por varios y distintos factores. Estos van desde una metodología que no es adecuada para él, que le hayan acelerado su proceso natural de aprendizaje adelantándolo innecesariamente, que no haya coherencia entre lo que se plantea en la escuela y lo que se practica en casa, etc.



Múltiples causas
Antes de hablar de una dificultad para aprender deberá preguntarse, por ejemplo, si su hijo ve o escucha correctamente. Luego, evaluar otros factores, todos posibles de cambiar o revertir, como si tiene muchas actividades fuera del horario escolar que están abrumándolo (talleres, deportes, etc.), si ha sucedido algo que ha alterado emocionalmente al pequeño (una mudanza, la muerte de un ser querido, un divorcio), lo cual puede trabajarse y superarse con un especialista, o si la metodología del colegio no es la más adecuada para sus características personales.


A conciencia
Si todos estos puntos han sido evaluados y trabajados, sólo después de una evaluación interdisciplinaria (que incluya pruebas psicológicas, neurológicas y de aprendizaje) se puede hablar de un trastorno específico del aprendizaje, relacionado con el aspecto neuropsicológico. Dentro de este rubro tenemos a la dislexia (vinculada al área de comprensión de lectura), disgrafía (relacionada con la calidad de la escritura), discalculia (dificultades para operaciones de cálculo), entre otros. Como señala Aylyn Bayro, profesora especialista en audición, lenguaje y aprendizaje, estas alteraciones no se revierten, sino que, con atención especializada, el niño adquiere estrategias que le permiten compensarlas.


Argemiro Bustos Gómez - fuentes: www.eduquemosenlared.com 


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