Por: Noel Pizarro
En el desarrollo histórico-cultural, el trabajo ha
constituido un motor básico y fundamental. Así, el hombre en esta actividad
siente la necesidad de comunicarse, de este modo surge el lenguaje, y dentro de
las diversas formas, la lengua es una de las creaciones culturales.
La lengua es una de las diversas formas, la lengua es una de
las creaciones culturales más importantes logradas por el hombre, y como
lengua, la evolución del idioma ha tenido un avance en sus etapas y sus influencias.
Un avance en sus etapas y sus influencias de otras literaturas
en las letras hispanoamericanas. Lo más fundamental entre las dos literaturas
es el de buscarlas en la renovación poética y ese anhelo de libertad
imaginativa características de los poetas españoles desde siglos pasados y fue
a partir de uno de los movimientos tan vasto y artístico-cultural denominado
barroco entre los cuales se destacaron Luis de Góngora y Francisco de Quevedo y
Villegas.
Este estilo fue un estilo de un constante desarrollo
histórico del arte. Este al llegar a nuestra América en la época de la
conquista y de la colonia encontró una realidad desconocida, mágica y
asombrosa. Ya no se necesitaban inventar mundos mágicos aquí en América, lo que
los españoles buscaban en mitos y fabulas antiguas, nosotros lo volvemos
realidad. Toda una imaginación vuelta realidad a partir de la naturaleza,
selva, ríos, montañas, etc., y con mucho contraste con lo europeo, en
religiones, razas, hechizos,
arquitectura, en expresiones monumentales como las de Machu Pichu en Perú y
otras en México.
La realidad maravillosa y compleja asociada al ideal de
renovación idiomática y libertad poética de estilos poéticos, literatural
indigenista y barroco inspiró o ha inspirado a muchos de nuestros mejores
poetas hispanoamericano, tales como Sor Juana Ines de la Cruz, Juan Ramo Jiménez,
Rubén Darío, José Marti, Pablo Neruda, entre otros.
Nuestros poetas hicieron mucho por rejuvenecer la lengua
como también han expresado las diferentes épocas de forma magistral la
grandeza, la diversidad cultural, y los sueños de una América, y sus anhelos de
libertad.
Nuestros escritores no son simples imitadores de los
españoles, sino forjadores de nuestra literatura.
El poder disfruta de la poesía, ese romanticismo, y todo ese
mundo literario es un éxtasis de la creación artística. Todo esto impulsó a
conocer los principales elementos del postmodernismo hispanoamericano en su
campo poético, contemporáneo y con una producción literaria y nuevos modelos.
El gran impulso de los movimientos europeos nos dio bases,
conocimientos fundamentales para impactar en nuestro territorio y evolucionar
en el marco universal literario.
La creación de la imaginación y toda la diversidad literaria
son sorprendentes en esos poetas, escritores, en sus diferentes movimientos y
renovadores de épocas precedentes que se ve en torno a nuestra América
tradicional.
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